Cualquier ducha o fregadero tiene manchas de cal. Esto sucede porque no se limpian después de cada uso. Y este componente del agua se va acumulando cada vez más hasta que forma una capa blanquecina alrededor de nuestros grifos.
Además, muchos limpiadores no son capaces de eliminar totalmente este tipo de manchas tan desagradables. Pero tranquilas, hay un método infalible.
Corta un limón por la mitad y frota con él toda la parte que quieras limpiar. Deja actuar durante aproximadamente 20 minutos y después enjuaga las superficies con agua caliente. Usa una bayeta de microfibra Limpia Sol: sus cerdas de nylon te van a ayudar a eliminar el sucio sin rayar las superficies.